
Hace un par de meses, y tras enterarse de que coleccionaba Barbies, la hija de mi vecina y una de sus amigas vinieron a visitar a mis chicas. Una de las cosas que más les llamó la atención fue el hecho de que restaurara Barbies estropeadas y las "adoptara" en casa. Así que a la semana siguiente, cuando fui a casa de mi vecina a tomar una taza de nuestro té favorito (el Earl Grey de Twinings) me encontré con un par de sorpresas.
Por una parte, la amiga de su hija me había traído dos de sus Barbies, a cuál más bonita. La primera tiene molde Mackie y cuerpo Shani, y si no me equivoco es la Corduroy Cool Barbie de 1999 (el color de ojos, los pendientes y el pelo ondulado me dieron la pista). Os dejo una foto de la original sacada de internet, y otra de la que tengo y a la que todavía no he bautizado.
Hasta hace unos días, tenía muy claro el proyecto OOAK que iba a
intentar con ella, pero un regalo inesperado (¡gracias
Rosana!) me ha hecho cambiar los
planes, así que de momento, ya lavada y aseada, se queda en espera de su
lugar en mi estantería. La verdad es que me encantaría conseguir su
outfit original, pero me parece misión imposible.
La segunda estaba un poco más "pachuchilla", aunque a mí me pareció guapísima de todas formas. Tenía la cabeza "atornillada" al cuerpo, el pelo con un estilismo a lo "me corto la coleta" y la pintura de los labios estaba bastante deteriorada. El cuerpo es del tipo "Poseable" con pies planos, y tras mis labores de investigación he deducido que se trata de Teresa Perfect Pink, de 1999. Os dejo una foto de la original sacada de internet, y de la que tengo.
La he llamado Rosarillo, porque con esa carita morena no podía ser más que gaditana de pura cepa, del barrio de Santa María para más señas (una de las cunas del flamenco). Tras su sesión de lavado y peinado (una minicoleta con muuuuuuucha laca), y un repintado de labios con acrílicos en tonos rojos, decidí que ella posaría en mi estantería de forma permanente con el traje de piconera de mi abuela que modifiqué para celebrar el
Bicentenario de La Pepa. Le he hecho unos pendientes, y anda qué no luce guapa la niña...

La segunda sorpresa que me encontré venía de parte de la hija de mi vecina. Ella conserva todas sus Barbies en perfecto estado (tiene madera de coleccionista, eso seguro), pero quiso aportar algo a mi colección: un proyector de dibujos que aún funciona, aunque ella pensó que yo podría usarlo para alguno de mis dioramas. La verdad es que estaba en bastante buen estado, sólo tuve que limpiarle algunas manchas de rotulador y lápiz y quedó como nuevo. Decidí hacer una foto de cómo tuvo que lucir en su mejor época, y
Mila se ofreció enseguida para posar.

Allí sentada, con aquel bolígrafo rematado con marabú y una corona, me pareció la reina del desfile sentada sobre su carroza. Pero creí que aquel proyector se podía utilizar para algo más espectacular, y entonces recordé que su famosa alter-ego, Jana Pestana, aún no nos había deleitado con su música. Aprovechando que va a sacar un recopilatorio de nuevas versiones de Barbie and the Rockers, le pedí que nos obsequiara con un pequeño concierto privado, a lo que accedió encantada.
Para revivir aún más el estilo ochentero de Barbie and the Rockers, decidí restaurar un outfit original que me había llegado con un lote de ropa. En realidad, sólo tengo el top y la falda, pero en el futuro me gustaría poder recrear el resto del outfit, sobre todo porque una de mis mejores amigas conserva la Barbie original, aunque no su ropa. Aquí os dejo una foto de la susodicha, sacada de internet, y otra del proceso de restauración de la falda, que incluyó la pintura a mano de "una jartá" de estrellitas diminutas, porque todas se habían borrado con el paso del tiempo.
Aprovechando un pack Liv (que constaba de guitarra eléctrica, pendientes, zapatillas, un micro y un amplificador), y con un poco de cinta, cartulina, y algo de imaginación, pude improvisar un pequeño escenario donde Jana nos mostró su faceta más rockera, con sistemas de iluminación y sonido incluidos.
Para poder usar las zapatillas y que no desentonara con el conjunto, añadí un lazo del mismo color rematando un peinado de lo más ochentero.
Una instantánea de uno de los momentos más intensos: el solo de guitarra, que por supuesto le salió bordado. Las chicas no podían dejar de bailar y gritar.
No hay duda de que Jana es toda una estrella. Y ahora que la de la Montana se ha apagado, la suya brilla aún con más fuerza...
En fin, muchas gracias a las dos chicas que han hecho posible esta entrada y a sus preciosos regalos.
¡Besos para tod@s y feliz fin de semana!