La llegada de mi última chica ha sido toda una sorpresa. Hace algunas semanas me encontraba en una juguetería curioseando el estante de Barbie. Justo en el momento de irnos mi pareja me dijo: 'Anda, coge una que te la regalo yo'. Seguro que ya sabéis la sensación que en ese momento invade tu cuerpo, cuando alguien te dice que te pilles una Barbie, es algo... mágico, como volver a ser niño otra vez, te pones nervioso mirándolas de nuevo y pensando en cuál elegir. En otro momento no hubiera sabido cuál de todas escoger, sin embargo ese día una de ellas había llamado mi atención ya que parecía que me observaba desde el estante, así que sin dudarlo levanté mi brazo para agarrar a Tyra.
Desde el primer instante que la ví supe que Tyra no iba a ser una chica como las demás. Caprichosa, egocéntrica y altiva son los adjetivos que mejor definen su personalidad, lo cual tampoco es mucho de extrañar teniendo en cuenta la vida que ha llevado, una vida marcada por el lujo.
Tyra, aunque natural de Nueva York, ha vivido en Inglaterra desde que sus padres la enviaran a un internado a estudiar, cansados de soportar los continuos ataques de ira de su retoño. Con los años, ella ha sabido transformar ese mal caracter en una potente arma para los negocios, es por ello que en la actualidad se ha hecho cargo de la división europea de perfumes y cosméticos perteneciente al holding de su familia.
Y como Dios las cría y ellas se juntan, no era de extrañar que una de sus mejores amiga sea nada más y nada menos que Miranda (aunque yo en lugar de 'amistad' hablaría de una relación de depredación-competencia-amensalismo).
Tras acabar la sesión de fotos para el blog, Tyra se dirigió a Miranda.
- Miranda, necesito hablar contigo sobre el nuevo perfume masculino que vamos a sacar al mercado.
- ¿De qué se trata?
- De la campaña publicitaria, queremos empezar a ponerla en marcha cuanto antes pero aún nos falta la imagen del perfume.
- ¿No tenéis imagen? Conociéndote no creo que eso sea del todo cierto.
- Bueno, tengo claro a quién quiero, el problema es que no he conseguido ponerme en contacto con él.
- Dime de quién se trata y veré qué puedo hacer, ya sabes que conozco todas las principales agencias de modelos.
- No hará falta que llames a ninguna agencia. Quiero a Adam.
- ¿Adam? -repitió Miranda con sorpresa -. ¿Hablas en serio?
- Completamente. Ya deberías saber que nunca bromeo cuando hablo de negocios.
- Pero Adam...
- Miranda... -la interrumpió Tyra -. Ya sabes que siempre he sentido predilección por tu hermanastro. La decisión está tomada. No te pido consejo. Te pido que lo localices. Por nuestra... amistad.
Miranda sacó su iphone y buscó en la agenda. -Está bien. Veré que puedo hacer.