









Nos acercamos y pudimos comprobar como, de entre las camisas, asomaba una mano. La sorpresa fue enorme al comprobar que era el mismísmo Stephen McQueen el que se había colado de polizón en mi maleta.
Stephen me explicó que, tras haberle hablado yo de las niñas, sentía curiosidad por conocerlas ya que presentía que encontraría en ellas inspiración para sus próximos diseños. Además, su ciudad natal, Londres, le traía a la mente recuerdos que él prefería dejar atrás... ¿y qué mejor sitio para empezar de nuevo que la soleada Cádiz? Las niñas parecían estar encantadas con nuestro nuevo inquilino, ya se veían posando para él y conviertiéndose en sus musas.
Tan felices estaban con la llegada de McQueen que no dudaron en pedirle que improvisara algún modelito para ellas. Stephen no se dejó de rogar y en un momento pilló un trozo de tela roja y vistió con ella a mi querida Didi mientras Alex se tiraba de los pelos de envidia (aunque eso sí, envidia sana).
Así que, por mi bien, decidí ir a buscarles algún detallito con el que satisfacer su adicción a la moda. Estuve visitando algunas jugueterías pero, desgraciadamente, no encontré nada nuevo, restos de algunas Fashionistas Swapping Style y algunos packs individuales con ropa que fácilmente se pueden encontrar en Cádiz.
Casi agotado después de mucho rebuscar, estaba ya a punto de darme por vencido y pensando en el castigo que me aguardaba por no llevarles a las niñas ni un triste top cuando, por casualidad, me topé con un joven que, tras presentarse, me preguntó si necesitaba ayuda.
Le expliqué lo que buscaba y le hablé de las chicas, de su afición (o mejor dicho, obsesión) por la ropa, los zapatos y cualquier otro complemento que poder lucir, y de cómo cinco enanas podrían convertir mi apacible vida en un infierno si no me presentaba con un regalo para ellas. Afortunadamente, Stephen (que así se llamaba el joven, Stephen McQueen) era un joven diseñador que empezaba a despuntar en el mundo de la moda y conocía perfectamente todas y cada una de las tiendas de la ciudad, así que, tras pensar un rato, me sugirió que me acercase a John Lewis.
Tal como me había sugerido Stephen, fue finalmente en el departamento de juguetería de John Lewis donde encontré estos packs Fashionistas que, hasta el momento, no han llegado a Cádiz, así que me hice con un par de ellos. ¡Espero que les gusten a las niñas!