lunes, 24 de enero de 2011

Confesiones de un Barbiehólico II. De niño a hombre.

Poco a poco fui abandonando a mis Masters del Universo y entrando en la adolescencia. Ya sabéis, lo típico, hormonas, acné, gafas, ortodoncia, más acné… Y, sin quererlo, Barbie pasó a un segundo plano, aunque en ningún momento desapareció. Se mantuvo en un estado latente, dormida, como Aurora, esperando a ser despertada. Y así pasaron los años (los 20), y más años, y más años (los 30)… hasta que un día llegó Rossetti y me hablo de su ‘amor a primera vista’. Ella me comentó, con todo lujo de detalles, como fue ese primer encuentro. Desde la descripción del stand en el que estaban expuestas, hasta el modelito que lucían, los peinados, los zapatos, las cajas… además de, como no podía ser de otro modo en ella, la explicación del por qué las Basics no se encontraban junto a las Play Dolls. No. Las Basics no estaban hechas para jugar como el resto de las Barbies. Ellas estaban hechas para ser vestidas y customizadas. Ellas estaban hechas para nosotros.

Antes de que pudieran reaccionar nuestras respectivas parejas, ya habíamos tramado un plan. Las Basics nos las traerían los Reyes Magos. Rossetti ya había decidido cuál sería la suya. La número 1. La cuestión era… ¿cuál sería la mía?

2 comentarios:

  1. Y cual fue? me he quedado con ganas de saberlo. Me ha encantado el texto de la entrada.
    Un blog estupendo

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  2. Gracias! Ya tienes la respuesta. Muchas gracias por visitarnos y enlazarnos en tu blog, nos has hecho muy felices!!

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¡Gracias por tu valioso tiempo, y tus aún más valiosas palabras!