Confesiones de una Barbiehólica III. El retorno.

En fin, que iba yo hace unos meses por el pasillo de juguetes de El Corte Inglés, dando mi repaso rutinario a la sección de Barbie, cuando la vi. No se si fue su postura de top model, su mirada felina o su pequeño vestido negro. El caso es que me enamoré irremediablemente y supe que tenía que ser mía. Decidí prepararle un regalo de bienvenida que estuviera a su altura. ¿Y qué mejor para una "fashion victim" que un lugar para guardar su ropa, zapatos y accesorios?

Tenía un plan, y nadie iba a detenerme. Acosé a mi padre hasta que accedió a ayudarme. Y fue así como con una caja de madera para botellas, cartulina y un poco de imaginación fabriqué este armario-vestidor. Mi padre cortó y montó las piezas para la separación principal y las estanterías. El resto (lijado, pintura y decoración) lo hice yo de mejor o peor manera. Y este es el resultado. Espero que os guste.

El armario cerrado y abierto

Detalles del interior


Montado como vestidor

Lo que parece una sombrerera es en realidad una caja para pendientes de Tous, y el pequeño cajón blanco es también el estuche de un collar. El resto (empapelado interior, cajas de zapatos, cajón a rayas, adornos de la tapa) está hecho con cartulina. Por cierto, os sonará el diseño del interior del armario...

Otro día os contaré como fue el esperado encuentro (el mío con mi nueva Barbie, y el de ella con su armario).