lunes, 28 de febrero de 2011

La última de las chicas

Estaba yo el miércoles por la tarde navegando por internet, divirtiéndome de lo lindo con las historias de Egolon's Ville (he añadido el enlace en la sección Barbielinks), cuando siento un golpecito en mi espalda. Era Barbie.

-¿Te acuerdas de la carta que recibimos Helena y yo el otro día?

-Como para olvidarla. Llevas paseándola a escondidas por la casa todo el día, como quien tiene la receta de la Coca-Cola.

-Pues casi, la verdad. Veras. El próximo viernes nos vamos de viaje. A Los Ángeles. Más concretamente, a la gala de los Óscars. Nos han invitado -me suelta, por supuesto sin anestesia, como es su costumbre-. Prepárame algo nuevo. Para el viaje y para la gala, por supuesto. Debe ser elegante, quiero sentirme como una verdadera estrella de Hollywood.

Y como me quedo mirándola en plan "tú lo flipas, ni que yo no tuviera vida propia", me pone ojazos de cachorrito abandonado, me regala una de esas sonrisas suyas, me suelta un "por favoooooooooooor" y ¡zas! en medio minuto estoy rebuscando frenéticamente en la bolsa de reciclaje textil como la que no tiene que hacer otra cosa. Justo entonces suena el teléfono.

-Rossetti, no puedes imaginarte de lo que acabo de enterarme -era Acerico, y por su tono de voz parecía alterado.

-Viernes. Los Ángeles. Óscars. Trajes -le respondo.

-Vale, yo también estoy en estado de shock todavía. ¿Qué vamos a hacer?

-Pues supongo que lo de siempre... Diseñar y coser como locos. Cualquiera les dice que no.

Así que me puse manos a la obra con el traje de viaje. Quería atreverme con unas mangas, aunque fueran "tramposas" (como viene siendo mi costumbre), así que opté por el puño de un jersey de punto fino de color burdeos que tuve que dejar de ponerme porque tenía más bolitas que la piscina del Chiquipark. Fiel a mi estilo "patronless", con la ayuda de Sunny y unos alfileres pude coser el contorno de las mangas y del cuerpo, para luego recortar los sobrantes. El vestido me quedó un poco "efecto He-man" (traducción: lleno de bultos sospechosos), pero después de algunas correcciones mejoró y sólo quedaron los de los hombros, que podrían pasar por unas hombreras ochenteras.

Tenía por ahí la etiqueta de una chaqueta que compré en Desigual, y enseguida vi en ella el complemento perfecto para el conjunto: un bolso supersize que puede hacer las veces de bolso de viaje (aunque con la cantidad de ropa que gasta esta chica seguro que necesita ponerle ruedas al armario-vestidor y engancharlo al coche). Para rematar la faena, pillé un trozo de cadena y unas piedrecitas (de mi última visita a la tienda de abalorios) y me salió un collar resultón.

Es cierto que me pasé casi todo el día con el modelito, pero estoy bastante satisfecha con el resultado. Y no hay más que ver la sesión de fotos de la niña para saber que ella también.









El viernes por la tarde Helena y Barbie cogieron un avión hasta Los Ángeles, y anoche pasearon nuestros diseños por la alfombra roja. Les pedimos que trajeran fotos, así que en cuanto vuelvan del viaje (se quedarán allí unos días) os las enseñaremos.

Y sí. Echo de menos a Barbie. Aunque debo reconocer que ahora mismo en casa reina la paz y la tranquilidad...

sábado, 26 de febrero de 2011

Un pequeño capricho sin gastarnos un euro

Moonlight, de Dolls Crazy House nos ha concedido un premio, y estamos contentísimos de que se haya acordado de nosotros. En cuanto Acerico y yo redactemos la entrada (es que es sobre moda y estilo, y nos lo hemos tomado muy en serio) la publicaremos, aunque queríamos aprovechar para darle las gracias. Para variar en mi vida, de nuevo estoy con fiebre y mal cuerpo por lo que no puedo ni coser ni fotografíar a mis niñas, por eso os dejo una entrada que tenía preparada hacía tiempo para situaciones de emergencia como ésta. Espero que la disfrutéis.

Soy una maniática del orden. Aunque sea capaz de montar un tinglado cada vez que me embarco en un proyecto (ya sea pintar, coser ropa para mi Barbie, tunear un mueble de Ikea o crear material para mi trabajo), cuando termino me gusta que haya un lugar para cada cosa, y dejarlo todo recogido. Esa fue la razón por la que le di tanta lata a mi padre con lo del armario-vestidor (que definitivamente se me está quedando pequeño), y por la que me puse a buscar como una loca cajitas donde meter todos los accesorios de Barbie, que tanto tienden a desperdigarse y a mudarse a la Isla de los Objetos Perdidos, de donde regresan en contadas ocasiones. Encontré un par de modelos en internet, pero no me gustaban los colores y tampoco el tamaño, así que partiendo de esas imágenes las customicé y quedaron tal y como se ven en esta foto: útiles y monísimas.


Pensé que quizá a algun@ de vosotr@s os podrían servir, así que os las dejo en esta entrada. Están ya en un tamaño cómodo, lo suficientemente grande para poder montarlas con facilidad (caben dos o tres pares de zapatos, aunque para hacer una para las botas de Candela tuve que aumentarlas bastante), y lo suficientemente pequeñas para que no desentonen con nuestras niñas. Con cualquier editor de imágenes podéis cambiarles el color a vuestro gusto. Os aconsejo que si vuestra impresora lo permite, las imprimáis directamente en cartulina blanca formato A4, ya que saldrán algo más resistentes.



Para montarlas, os aconsejo que con ayuda de una regla paséis un bolígrafo que no pinte por encima de las líneas que haya que doblar, así os resultará más fácil. Una vez hechas, la tapa se mantiene si fijáis bien los dobleces, la caja os aconsejo que la fijéis con algo de pegamento en barra, si no se "descuajaringa" enseguida, como decimos en Cádiz. Os dejo también la revista (tanto la cubierta como el interior) que diseñé con imágenes de internet para que Barbie tuviera algo interesante que leer y estuviera calladita un rato.





Espero que os animéis a imprimir, recortar y pegar, porque el resultado lo merece, y la alegría que van a llevarse vuestras niñas no tendrá precio (literalmente).

miércoles, 23 de febrero de 2011

Black Swan

- Quiero ser un cisne.

-
¿Cómo?

- Que quiero ser un cisne… un cisne negro.

Levanté la vista del ordenador y miré extrañado a Helena -¿Qué dices? ¿De qué hablas?

- Que quiero ser un cisne negro –volvió a repetir.

- Te refieres… ¿para carnaval?

- ¡No! ¡Quiero sentirme como un cisne!

Lo primero que me vino a la mente fue llevar a Helena al parque Genovés, en Cádiz, y revolearla al estanque de los patos, ‘¿no quieres sentirte como un cisne? ¡Pues ala! ¡A nadar!’ Pero rápidamente deseché la idea, con el frío que hace luego me tocaría a mí cuidar de su resfriado.

- Debe ser que ando un poco espesito hoy… ¿podrías explicarte mejor?

Me apartó del ordenador y tecleó algo en google… la imagen de Natalie Portman apareció de inmediato en la pantalla.

- ¿Ahora?

- Uhm, creo que esa carta que Barbie y tú recibisteis desde Los Ángeles la semana pasada os está afectando demasiado. Además, no sé hacer un traje de ballet.

- ¿Quién habla de un traje de ballet? Yo lo que quiero es que te inspires en el cisne negro para que me hagas un traje de noche. ¿Cómo voy a salir a la calle vestida de bailarina de ballet? La gente me tomaría por loca.

'Sí, la loca del tutú’ pensé. Suspiré cansado, la verdad es que no tenía muchas ganas de seguir discutiendo, y conociendo a Helena, llevaba las de perder de todas formas.

- Está bien, está bien… veré qué puedo hacer, pero no te prometo nada.

Dio un par de grititos de alegría y se alejó tarareando El lago de los cisnes. ‘Espero que lo próximo no sea vestirla del oso Yogui’ pensé.

Empecé a rebuscar entre los retales un trocito negro que me pudiera servir mientras me repetía a mi mismo una y otra vez ‘tienes que aprender a decirle NO’. Recordé que por algún lado del estudio guardaba una pluma negra de un disfraz de pirata que poder reutilizar en el nuevo capricho de Helena. Por último, busqué las cuentas para la gargantilla… una vez localizados todos los materiales, me puse manos a la obra.

En un principio pensé en hacerlo un poco más elaborado, pero a veces cuesta plasmar en la tela la idea que uno tiene en la cabeza, sobre todo cuando se está empezando en esto de la costura, además, el uso de las plumas, que parecían tener vida propia, no facilitó mucho la labor.

Afortunadamente Helena parecía contenta con el resultado, más que yo incluso, y me pidió que le hiciera algunas fotos para su book.








Tras acabar la sesión, Helena se acercó y me comentó qué decía la carta que Barbie y ella recibieron la semana pasada.

Me quedé helado.

Lo único que pude hacer fue telefonear a Rossetti.

Scarlett Johansson

Tras el revuelo que causó la llegada de Pe, las cosas parecieron calmarse, y las chicas volvieron a sus ocupaciones. Baabi se me acercó con ojitos de cachorrito abandonado, y yo no pude más que recibirla con una gran sonrisa.

-Sé que el cambio de look de Petty, digo, Pe es cosa tuya... No te creas que protesto, le ha sentado de maravilla. Hacía tiempo que no la veía tan contenta. Sólo es que me ha gustado mucho su traje y me preguntaba...

-¿Si puedo hacerte algo así para ti?

Los ojos de Baabi se iluminaron.

-Sí. No tiene por qué ser igual, simplemente me ha gustado mucho la tela, el estilo... Estoy segura de que me sentaría muy bien...

-Está bien, veré lo que puedo hacer... pero a cambio, tú vas a contarme qué ocurrió entre tu prima y tú.

Barbie pareció dudar unos instantes, pero sus ganas de estrenar un nuevo conjunto la hicieron decidirse.

Quisé utilizar la misma tela que para el vestido de Pe, pero para confeccionar el de Baabi me inspiré en una foto de Scarlett Johansson para Mango, en la que vestía una falda de tubo alta y una camisa negra. Dado mi problema con las mangas, cambié la forma de la camisa y la animé con unos volantes de tela y tul. Como toque final, añadí un pequeño tocado negro adornado con lentejuelas plateadas.


Más tarde, entre foto y foto, Barbie me habló de lo que había pasado cuando Pe y ella eran unas jóvenes de apenas 18 años. Al final tuve que sacar el paquete de kleenex para la niña, pero al menos ahora entiendo su rivalidad. Aquí os dejo las fotos... la confesión de Baabie la dejo para otro día.







lunes, 21 de febrero de 2011

Pe

Había quedado con Petunia en una juguetería (Toy Planet, siguiendo el consejo de Mariza, de Cajón Desaztre) y mi hermana mediana se ofreció a acompañarme. Cuando llegué allí y la vi, pensé que mi plan fracasaría. La realidad superaba a la foto que me enseñó Barbie. Mi hermana me convenció para que siguiera adelante, después de todo, añadió, "peor de lo que está no la vas a dejar". Así que me presenté y sin muchos rodeos, le expliqué a Petunia lo que había pensado hacer. Cabía la posibilidad de que, con razón, me llamara maleducada, descarada y se fuera por donde mismo había venido. Sin embargo, me abrazó emocionada y me dijo que estaba deseando comenzar.

De camino a casa, intenté que me hablara de ella, pero añadió poco más a lo que su prima me había contado. Cuando le pregunté que por qué había decidido dejarlo todo e ir a estudiar a los Estados Unidos en lugar de quedarse en alguna universidad inglesa de prestigio, como Oxford o Cambridge, cambió de tema. Tampoco conseguí averiguar porqué justo ahora había decidido venir a España a ver a su prima, con la que claramente no tiene una buena relación.

Aprovechando que las chicas habían salido de compras, comencé con la primera parte de mi plan: el maquillaje. Saqué mis pinceles y mis acrílicos, y después de varias mezclas, opté por un tono entre rosado y marrón para los ojos. También alargué sus pestañas en los extremos. Traía las fosas nasales pintadas en rojo (!!!!!!!), así que utilicé el mismo color que para la sombra de ojos y parece que al menos no se ven tan de lejos. Estuve tentada de repintarle las cejas, pero pensé que aunque le daban una expresión de asombro perpetuo, no dejaba de ser la marca de sus genes Silkstone, así que las dejé como estaban. Aquí tenéis unas fotos del cambio de look, que aunque muy sutil, creo que le favorece.


Después pasé a la parte más difícil: el vestuario. Deseché el traje de tul rojo y rosa que traía puesto (no sé como a esta chiquilla se le ocurre viajar de esa guisa) y busqué un retal de tela tipo pata de gallo en blanco y negro, con el que le confeccioné un vestido de una sola pieza de inspiración años 50, con detalle de encaje en el bajo, y ceñido con un cinturón negro con hebilla doble plateada. Para completar el conjunto, hice un chal de raso negro que adorné con encaje y abalorios, y un tocado a juego con un pequeño velo de tul incluido. Cuando se lo puse, yo misma me sorprendí del resultado. No podía dejar de mirarla (y admirarla) y le pedí que posara para hacerle unas fotos. Aunque estaba algo nerviosa y le costaba cambiar de postura, creo que salió fantástica en las fotos.






Un par de horas más tarde, llegó el momento del reencuentro entre las primas. Barbie se quedó con la boca abierta, aunque enseguida se recompuso y se acercó para saludar a la invitada y presentarla a sus amigas.


-Chicas, esta es mi prima, Petunia. Aunque en casa la llamamos Petty.

-Me temo que lo de Petty la fea es ya agua pasada, querida prima. Como puedes comprobar, soy una mujer nueva. Llamadme Pe. Petunia es un nombre horroroso, no sé en qué estaba pensando mi madre cuando me lo puso -dijo con echándose a reír, lo cual suavizó un poco la tensión del ambiente.


-Ay pobrecilla, trae los ojos hinchados del viaje -comentó Gema, con la inocencia que le caracteriza.

-No te preocupes Gema, los traía así de nacimiento -le respondió Barbie en voz baja, aunque pude escucharla perfectamente -¡Ay!, ¡Vaya pisotón me has dado, Rossetti!

-Da gracias a que tu prima está hablando con Candela y no se ha enterado de lo que has dicho. No sé que es lo que pasa entre vosotras dos, pero en esta casa no consentiré que os habléis así. Te conozco y sé que eres una buena chica, Barbie. Intenta comportarte como tal.

Barbie se sonrojó, avergonzada.

-Lo siento, no volverá a pasar. Lo prometo.

¿Qué pensáis vosotr@s? ¿Cuál será la razón por la que estas dos primas se distanciaron?

sábado, 19 de febrero de 2011

Noticias...

-Acabo de mirar mi correo, y tengo buenas y malas noticias -me soltó Barbie hoy por la mañana.

-Las buenas primero, por favor...

-Las buenas es que al fin hemos localizado a Becky y Scarlett. No las han secuestrado ni nada por el estilo. Están en Madrid, esperando a que les arreglen los papeles del visado, tu hermana está con ellas. Calculan que hasta dentro de un par de semanas no podrán venir.

Suspiré aliviada. No sabía nada de las chicas desde hacía unos días, y empezaba a preocuparme. Entonces me acordé que esa era la buena noticia. Faltaba la mala.

-La mala noticia es que mi prima Petunia llegará mañana.

-¿Y que venga a visitarte una prima tuya es una mala noticia?

-Sí, la peor. Petunia es prima mía por parte de padre. Inglesa por los cuatro costados, y estirada como ella sola. Cuando éramos pequeñas me obligaban a jugar con ella... ¡era horrible! La persona más aburrida del mundo. Sólo le interesaban los libros, y para colmo, de los que no tenían dibujos...

-Y según tú, si a alguien le interesan los libros, es aburrido.

-Mortalmente. A no ser que se trate de novelas románticas, biografías de actores famosos o revistas de moda, leer es aburrido. Pero eso no es lo peor...

-No me digas... ¡hay algo más horrible que leer!

-¡Por supuesto! Es la persona con menos gusto para la ropa que conozco. Bueno, para la ropa, para el pelo, para el maquillaje... Es cierto que la pobre no es muy agraciada, pero si hubiera seguido mis consejos, hubiera sido una chica mucho más popular en el instituto. Después de todo, era la prima de la chica más popular de todas...

Quiero mucho a Barbie, y normalmente, aunque algo mandona y con aires de diva, suele ser un encanto. Pero lo de hoy se pasa de rosca. Me pregunto cuál será el problema en realidad.

-Cuando terminamos el instituto, se fue a Estados Unidos a estudiar. La aceptaron en Harvard, y cuando terminó la carrera la contrataron como profesora. Mira, tengo una foto de su graduación. Échale un vistazo y dime si no tengo razón.


Vale, guapa, lo que se dice guapa, no es. Y esa sombra azul celeste es un desastre. Pero debo reconocer que tiene... chispa. Sí, esa es la palabra. Estoy deseando conocerla.

-Oye Barbie... ¿te importaría pasarme su email? Después de todo, si va a quedarse un tiempo en casa, no estaría mal que hablara con ella antes.

Se me ha ocurrido una idea, y algo me dice que Petunia aceptará encantada.

jueves, 17 de febrero de 2011

Valentine Red & White Party

El lunes a las cinco de la tarde se mascaba la tragedia en casa: una cortina de lluvia no permitía ver ni el otro lado de la calle. Después de pasarnos todo el fin de semana trabajando, las chicas y yo nos temíamos que tendríamos que suspender la fiesta a causa del mal tiempo.

-Creía que en Cádiz hacía sol siempre -se quejó Barbie, con un suspiro.

-¡No es justo! ¡Con las ganas de fiesta que tenemos! -Sunny se sumó a la protesta-. ¿Habéis mirado el parte meteorológico? Lo mismo para dentro de un rato sale el sol...

-No quiero ser aguafiestas, pero aquí no vamos a ver el sol como no sea pintao -dijo Candela, abatida.

-Pues pintémoslo -sugirió Gema, con un hilo de voz.

-Gema, ¡eres un genio! Rossetti, busca cartulina y tijeras... Chicas, id preparando las bebidas y la comida... ¡hoy es día de fiesta! -Baabi daba voces a diestro y siniestro, orquestando (para variar) el hervidero de actividad en que se había convertido la casa.

Para cuando llegaron Acerico, Helena, Didi y Álex, todo estaba preparado. Como podéis ver, hubo comida, bebida, diversión... ¡y mucho sol!


Helena y Barbie se separaron del grupo y cuchichearon durante un rato en voz baja, aunque los sus característicos grititos y risitas eran bastante audibles. No sabemos qué se traen entre manos, pero no tenemos duda de que están tramando algo. Esa mañana habían recibido una carta certificada desde Los Ángeles, y Acerico y yo nos tememos que muy pronto tendremos otro encargo de moda...


Didi y Gema se llevan estupendamente. Tenemos la teoría de que aunque sus metas en la vida son totalmente distintas, las dos son igual de pavas... almas gemelas, vamos. Aquí las tenemos comiendo y charlando sobre zapatos. Y hablando de zapatos, os dejamos una instantánea de los zapatos tuneados de Gema, de inspiración flamenca. Están pintados con esmalte, que no recomiendo, ya que se va enseguida. He decidido repintarlos con acrílicos próximamente.



Candela, que es la mar de apañá, se ocupó de que a nadie le faltara comida o bebida. Sunny y Álex se dedicaron a tomar el sol de pega, por aquello de quitarse el mono de playa californiana que tienen las dos... Lo bueno es que no había peligro a cuenta de los rayos ultravioletas...


Cuando terminaron de comer y beber, las chicas sugirieron una sesión de fotos para inmortalizar sus vestidos. Para los conjuntos de Barbie, Candela, Gema y Sunny utilicé una vieja camisa de mi marido que siempre me pareció un mantel. Recordé aquella escena de Sonrisas y Lágrimas en la que María usa unas cortinas para hacerle los trajes a los hijos del capitan Von Trapp, y decidí utilizar la misma tela para todos los vestidos, el mantel y las servilletas. Acerico optó por un favorecedor estampado de rosas y detalles florales en sus vestidos. Aquí os dejamos algunas fotos de la sesión.

Helena y Barbie fueron, como siempre, las más elegantes del grupo. Cabe destacar el favorecedor lazo al cuello de Helena, así como el doble vuelo de su falda. Barbie optó por un traje largo de estilo años 60, con pequeños bolsillos y un pañuelo que realzaba su belleza natural.


Candela lleva puestos los primeros pantalones que he hecho en toda mi vida, en combinación con el top blanco de tablas de Barbie. Los pantalones no están muy bien terminados, pero creí que iban a quedar peor, la verdad. Como siempre, esta niña luce todo lo que se le pone, es impresionante. Didi, por su parte, eligió un precioso vestido de una pieza con tirantes y cinturón rojos, que resaltaba aún más si cabe su escultural figura.


Gema lleva un sencillo vestido tipo globo, combinado con un chal de ganchillo, contribución de mi madre (porque yo sólo veo las agujas de ganchillo en la peluquería cuando me sacan las mechas del gorro-seta de plástico).


Aquí las tenemos a las tres, posando al más puro estilo Ralph Lauren, encantadas de haberse conocido.


Por último, Álex y Sunny eligieron vestidos acordes con su alegre personalidad. Álex lleva un precioso top cogido en un hombro combinado con una falda pintada a mano con motivos románticos. Sunny se inspiró en Sandy, del musical Grease, al combinar un vestido de vuelo con una delicada chaqueta de ganchillo, contribución de la madre de mi marido.


Después de la sesión de fotos, la fiesta continuó con música y baile hasta bien entrada la noche, aunque tuvieron un momento para dirigirse a los lectores de Barbieholics, deseándoles toneladas de amor y felicidad.

domingo, 13 de febrero de 2011

Preparando la fiesta

Barbie se ha tomado muy en serio lo de la fiesta de San Valentín. Aunque se suponía que iba a ser una merienda informal entre un grupo de amigas, cada vez se le ocurren más ideas peregrinas. Algunas no hay por donde cogerlas y me he negado en redondo a llevarlas a cabo (como lo de contratar a un mayordomo inglés para que sirva té y pastas, o la de alquilar una carpa hecha con seda salvaje y literalmente "abarrotarla de rosas rojas"). Sin embargo, otras me han parecido poco peligrosas y/o económicas (como la de preparar pasteles de color rojo y blanco, o imprimir algunas invitaciones) y le sugerí que pidiera ayuda a las chicas para organizarlas. Al final, como le gusta tanto mandar, puso a Candela, Sunny y Gema a trastear en la cocina para probar distintas recetas de pasteles. Aquí las tenéis en plena faena (no os podéis hacer una idea de la que han montado, ha llegado la harina hasta la puerta de la casa).




Candela decidió ocuparse del horno, por lo que añadí a su delantal y su gorro de chef una manopla de cocina. Esta chica está divina hasta con ropa de andar por casa.




Gema lleva puesto un mandil de corte masculino, pero por supuesto al más puro estilo Barbie. Como véis, ella se encarga de mezclar los ingredientes... "El truco está en el movimiento de la muñeca", asegura.



Sunny, que ha optado por un delantal de estilo tradicional se encarga de las medidas y de consultar el libro de cocina.


Mientras las chicas faenaban, Barbie se repantingaba en el sofá con el portátil y diseñaba las invitaciones (que posteriormente me tuve que entretener en imprimir). Éste ha sido el resultado de su trabajo: