Gossip Queens: Barbie, la verdadera historia (parte 1)

por I. Queen

[Extraído de la revista Gossip Queens]

¡Hola corazones cotillas! Espero que estéis tod@s sentad@s porque nuestros números de esta semana y el de la próxima estarán cargados de noticias de infarto, increíbles revelaciones y jugosos cotilleos sobre una de las ex-modelos más cotizadas y admiradas de los últimos tiempos: Barbie M. Stuart, a la que conocemos de forma más personal desde su llegada a Barbieholics.

A pesar del celo por su vida íntima y su pasado, "Baabi" (como cariñosamente la han apodado el resto de las chicas de Barbieholics) no ha podido evitar el concienzudo trabajo de investigación realizado por nuestra redacción, cuyos frutos hemos querido compartir con vosotr@s, estimados lectores. Y es que aunque trate de pasar desapercibida y de rehuir a los medios, nuestros reporteros consiguieron incluso fotografiarla en una de sus salidas "de incógnito". Y es que todo el mundo sabe que lo mejor para no llamar la atención de las camaras es vestir un chandal hortero, gorra con visera, maxi gafas y maxi bolso. Y si no, juzgad vosotr@s mism@s:

Evidentemente, Barbie no quiso contestar a ninguna de nuestras preguntas, pero ni falta que nos hacía. Nuestras continuas pesquisas nos han permitido contaros su verdadera historia, remontándonos incluso a un par de años antes de que ella naciera. Y es que si Barbie se parece a alguien, es a su madre...

Corrían los años ochenta, y la sevillana Barbarita Cervera (Bita para sus más allegados) tenía todo lo que cualquier chica de 18 cree que debe desear, dícese: belleza y un padre millonario que besaba el suelo que pisaba su única hija. Acababa de aprobar la Selectividad y todo un mundo de posibilidades se abría ante ella. Pero de eso ya se preocuparía en septiembre, porque en aquellos momentos en lo único que podía pensar era en el verano que iba a pasar en Marbella, en casa de su madrina Gunilla.

En pocos días la vida de Bita se había convertido en una sucesión de días de playa y noches de fiesta en las que brillaba con luz propia.

Bita en una de sus primeras fiestas en Marbella (foto por cortesía de Hola qué tal)

Fue precisamente en una de estas fiestas donde conoció a Jilson Stuart, el hijo de un lord inglés venido a menos que a falta de mejor ocupación se dedicaba a romper corazones de jovencitas incautas (y pudientes siempre que fuera posible) y a pasear su moreno palmito entre la jet set marbellí.

Una de las primeras instantáneas de la pareja (foto por cortesía de Hola qué tal)

Las malas lenguas (es decir, la prensa rosa) de la época aseguraba que el joven Jil sedujo a la inocente Bita con el único objetivo de "cazar" su herencia. Sin embargo, nuestra investigación nos ha demostrado que si bien ese pudo ser el motivo inicial, por el camino Jil se enamoró profundamente de aquella chica que fue capaz de renunciar a todo (incluso a su fortuna) por estar con el hombre de sus sueños.

Efectivamente, la elección de su hija no sentó demasiado bien al señor Cervera, quien amenazó con desheredarla si continuaba saliendo con aquel "advenedizo inglés", como solía llamarlo. Pero Bita resultó ser una mujer obstinada y con las ideas claras. Ella y Jil escaparon a Inglaterra y organizaron una sencilla boda, lo que provocó la ira de su padre y la pérdida de su herencia.

Bita y Jil posando tras la ceremonia para la prensa local (foto por cortesía de Hello what's up!)

A la salida de la pequeña capilla donde celebraron su enlace

Pero aquello no amedrentó a la joven sevillana. Convenció a su marido y a su suegro para invertir el poco dinero que les quedaba en reformar el castillo que poseían en el norte de Inglaterra y convertirlo en un hotel que, gracias a sus numerosos contactos, pronto pasó a ser un lugar de obligada estancia para los amantes del lujo, que ella y Jill regentaban con mayor pericia según iban adquiriendo conocimientos y experiencia.

A la seguridad económica siguió otra alegría para los Stuart: el nacimiento de su primera hija, Barbara Macarena Stuart. El nombre de Macarena, por supuesto, se debió a la ferviente devoción de Bita a la popular advocación sevillana. La pequeña Barbie Mackie, como la llamaban sus padres y su abuelo paterno, era un bebé adorable, que crecía feliz entre los mimos y el cariño de su familia. Gossip Queens ha podido tener acceso a algunas fotos del album familiar, en las que se nota la especial relación que ya existía entre madre e hija.

Como es tradición en Inglaterra, en cuanto Barbie tuvo edad suficiente, sus padres la enviaron al mejor internado del país. Por entonces ya era una niña que destacaba por sus bonitos rasgos y su capacidad para convertirse en el centro de atención de cualquier lugar, ya fuera la clase, el patio, el dormitorio femenino o una fiesta de cumpleaños.

No podemos negar que el uniforme del internado le sentaba como un guante. Y es que Barbie ya apuntaba maneras de modelo desde su más tierna infancia...

De hecho, en cuanto tenía ocasión se escabullía al vestidor de su madre y se plantaba en tacones y con bolso en mano a desfilar por los pasillos de su casa.

Pocos años después, Barbie se transformó en la reina de su internado, y dirigía con mano de hierro la vida social de prácticamente la totalidad de sus compañer@s. El amor, y posteriormente, el desamor, la convertirían en la mujer madura, fuerte y distante que es hoy en día. Pero todo eso os lo contaremos en nuestro próximo número.

No os lo perdáis, porque por fin daremos respuesta a la pregunta que nos ronda desde hace casi un año... ¿por qué Tommy y Barbie terminaron su relación?

Besitos de parte de las Reinas Cotillas