El ocaso de una diosa

Recientemente, Barbie ha celebrado su cincuenta y cuatro cumpleaños, y si bien ni su rostro ni su cuerpo acusan los signos de la edad, el hecho de ser eternamente joven y bella parece no librarte del desgaste del tiempo. Sus más fieles fans comenzamos a temer que su estrella se esté apagando y a cuestionarnos su futuro no como pieza de coleccionismo adulto, sino como su verdadera razón de ser: la fiel compañera de juegos de millones de niñas en el mundo. Es cierto que Barbie, obediente a los designios de Mattel, ha intentado siempre adaptarse a los gustos de sus clientes potenciales, así como a las distintas tendencias en cuestiones de estética y moda. Para ello, no ha dudado en someterse a múltiples modificaciones y cambios de look, como podréis comprobar en la entrada de hoy.

Alemania, 1955. Por un precio módico, en cualquier estanco puedes encontrar una muñeca destinada al público adulto. Está basada en una popular tira cómica y la chica, la verdad, es de armas tomar. Su nombre es Bild Lilli y ella solita podría protagonizar una entrada completa. De hecho, os aconsejo que leais algo más sobre ella aquí.

Lilli tenía formas rotundas, lucía un vistoso maquillaje a la moda y sus pendientes y zapatos habían sido pintados sobre su piel. Ahora puede que no nos lo parezca, pero en aquellos años era considerada una belleza.

Lilli tuvo la buena o mala fortuna de cruzarse en el camino de Ruth Handler, esposa de uno de los socios fundadores de Mattel. Ruth se dio cuenta de que tenía en sus manos algo verdaderamente grande, y en contra de la opinión de su marido y de prácticamente toda la empresa juguetera, se empeñó en comercializar una versión ligeramente modificada de la misma, a la que llamó Barbie, como su propia hija. Mattel finalmente compró los derechos de Bild Lilli, y ésta dejó de fabricarse en Europa.

Para su versión estadounidense, Ruth desestimó los pendientes y zapatos pintados (¿para qué incluirlos si podía venderlos aparte?). El primer cuerpo de Barbie tenía las articulaciones justas para poder vestir y desvestir a la muñeca sin demasiada dificultad: movimiento lateral del cuello, brazos hacia delante y hacia atrás, y las caderas justas para sentarse. Hoy se conoce como cuerpo vintage:

La visionaria señora Handler también ajustó los gastos al mínimo en cuestión de embalaje para que la muñeca en sí no costara demasiado dinero. Sabía que las ganancias provendrían del amplísimo surtido de armario que había diseñado para ella. Y es que, ¿qué niña querría a su muñeca siempre vestida con un bañador? Porque éste, junto a un par de gafas, unos pendientes y unas sandalias eran el único atuendo de la debutante Barbie Ponytail, de 1959.

En el conocido como molde original, el maquillaje de Barbie, aunque a la moda, fue dulcificado para adecuarse a su edad, entre los 16 y los 20 años. Cejas altas y definidas, mucho eyeliner, fosas nasales marcadas y labios de fresa. Las niñas no pudieron resistirse y arrasaban con las existencias en las jugueterías.

En 1967, Barbie sufre su primer cambio. Son los años sesenta, la época del "flower power" y los festivales al aire libre. Y como sin cintura no es posible moverse al ritmo de la música, lo primero que hicieron fue darle una. Así surge el cuerpo twist 'n turn (conocido como cuerpo TNT), que se diferencia del vintage en el corte oblicuo a la altura de la cintura, y en las flexibilidad de sus rodillas.

La fuerte campaña para anunciar a la renovada Barbie Twist 'n Turn, incluía una curiosa oferta. Al llevar a la juguetería a tu vieja Barbie y por sólo 1,50$, podías llevarte a casa su nueva versión. Sinceramente, yo hubiese sido incapaz de deshacerme la antigua, pero no hubiera podido resistirme a comprarme otra. Por cierto, la renovada Barbie vuelve a hacer su debut escasa de ropa y en un embalaje sencillo.

Los cambios en su cara (el molde Twist 'n Turn o Mod) también son notables: sus rasgos se han "aniñado", con cejas más bajas y mejillas y frente más redondeadas, además de un sonrosado rubor. Además, incluye pestañas de pelo sintético y se elimina el color de las fosas nasales.

Sin embargo, sólo cuatro años después, en 1971, Barbie vuelve a sufrir otra modificación, ésta vez sólo en su rostro. ¿El motivo? Su mudanza a Malibú, California. La chica ya no está interesada en pasarse el día bailando en Woodstock, sino tomando el sol o haciendo surf en la playa. De nuevo, el modelo Barbie Malibú se comercializa en bañador, lo que permite apreciar su estupendo bronceado.

Y claro, en la playa no es necesario el maquillaje, por lo que desaparecen las vistosas sombras de ojos o los llamativos lápices labiales, dándole aún una apariencia más juvenil. Y por primera vez, con su molde Malibú, Barbie nos muestra su ya legendaria sonrisa.

Algunos años más tarde, en 1977, se hace necesario otro cambio. La televisión y el cine no muestran paisajes idílicos de playas, palmeras y surfistas, sino el interior de las discotecas, con chicas y chicos vestidos para disfrutar una noche sobre la pista de baile. Aunque ahora para bailar no sólo hace falta movimiento de cintura, sino de brazos. Y así surge la segunda versión del cuerpo TNT, con brazos doblados que no sólo pueden moverse hacia delante y hacia atrás, sino abrirse en un ángulo de 90º. Además, la cintura pasa de ser oblicua, a recta, y la cabeza, gracias a un nuevo sistema de anclaje, puede bajar y subir.

Los de Mattel se dieron cuenta de que a las discotecas no se acude en bañador, así que crearon para su muñeca icono un fabuloso vestido en rosa fucsia, acompañado por una estola, pendientes, anillo, colgante y zapatos de fiesta. La estrella de Barbie parecía brillar más que nunca: Barbie Superstar acababa de nacer.

La nueva cara de Barbie, más madura, le permite entrar en cualquier discoteca sin que le pidan el carnet de identidad. Ojos y mejillas maquillados y una sonrisa aún más abierta con hoyuelos a punto de formarse, convierten a este molde Superstar en uno de los más populares y queridos entre las niñas de la época y las coleccionistas de hoy en día.

Barbie reinó sin competencia durante las décadas de los 80 y 90 y su popularidad alcanzó cotas tan altas como para convertirse en preciado objeto de coleccionismo (Mattel enseguida supo sacarle partido a este hecho creando una línea Collector destinada al público adulto. Desde este momento, la producción de Barbie se divide entre la mencionada Collector y la play-line, pensada para el público infantil y que continuará protagonizando esta entrada). A pesar de todo, en 1998, comprendiendo que su imagen discotequera estaba quedándose desfasada, Barbie se atrevió con un nuevo cambio, aunque sólo en su rostro. La Barbie Generation Girl, que se presentaba como una aspirante a actriz, intentó seguir siendo "la muñeca" para las niñas de una nueva generación, cercana al segundo milenio.

De nuevo rejuvenecida, el molde Generation Girl mantiene la característica sonrisa de Barbie, ojos más detallados y rostro ovalado.

Su esfuerzos, sin embargo, cayeron en saco roto. En 2001, la aparición de las Bratz hizo tambalearse el trono de la hasta entonces reina de las muñecas. Desesperada, Barbie se sometió a la mayor transformación de su historia, que modificó su cuerpo y su rostro de forma casi irreconocible.

Las Bratz se caracterizaban por tener un cuerpo menudo en comparación con una cabeza y unos rasgos bastante grandes. Barbie decidió seguir esa misma línea, y redujo las rotundas formas de su cuerpo hasta hacerlo más juvenil y estilizado. La cintura pierde su articulación, y el torso gana realismo con la inclusión de un sutil ombligo. Con su nuevo cuerpo Belly Button, Barbie está lista para afrontar nuevos retos.

En 2003, Mattel comercializó la línea Barbie My Scene, y la popularidad de la muñeca pareció recuperarse algo, aunque nunca consiguió los niveles alcanzados por sus competidoras, las Bratz. De cualquier forma, Barbie lucía un renovado armario con prendas atrevidas y materiales como el cuero o la piel sintética.

Su cabeza también sufrió grandes cambios. Así, literalmente, grandes: sus dimensiones, y las de sus rasgos eran desproporcionados en comparación con su cuerpo, aunque no tanto como en el caso de las Bratz. Sus enormes ojos felinos y sus labios carnosos cosechan, todavía, multitud de admiradores.

Sin embargo, Mattel pronto se dio cuenta de que las My Scene debían convertirse en una línea propia, independiente de Barbie, y decidieron darle un nuevo empuje a su muñeca insignia combinando el cuerpo belly button creado para éstas y uno de los moldes más populares en la línea Collector: el Mackie. Éste molde había aparecido por primera vez en 1992, en una de las creaciones del diseñador Bob Mackie para la línea Collector, y durante los noventa había sido utilizado en algunas ediciones play-line.

Y así, en 2004,  nació la Barbie Fashion Fever, verdadera precursora de las fashion-bloggers actuales, con una de las líneas de ropa y complementos más variadas y detallistas de la historia de la muñeca. 

El molde Mackie se caracteriza por sus labios generosos y cerrados, y por su amplia frente.

Por desgracia, la línea Fashion Fever no tuvo  el éxito esperado, y poco a poco fueron desapareciendo de los stands de las jugueterías. Ni siquiera su nuevo cambio de rostro en 2005, con el molde new open-mouth, consiguió levantar las ventas (¡gracias Chicovintage, menudo despiste el mío!).

 
Barbie seguía fabricándose, sí, pero su producción se concentraba alrededor de las películas que ella misma protagonizaba desde 2001 (y que sigue protagonizando en la actualidad): princesas, bailarinas, hadas, sirenas y... sí. Más princesas. Aunque desde ese año, lo confieso, no me pierdo un estreno, las novedades brillaban por su ausencia. Hasta que en 2009, Mattel se arriesgó con una serie de muñecas destinadas a posar bajo los focos, gracias a su cuerpo pivotal, también conocido como cuerpo fashionista, con articulaciones en codos, muñecas, rodillas y pecho.

La nueva Barbie Fashionista adoptó distintas personalidades: Wild, Girly, Glam, Cutie... y se vistió, maquilló y peinó de acuerdo con cada una de ellas.

Para su cara, decidieron retomar el molde Generation Girl, aunque con visibles cambios en el maquillaje de los ojos, ahora mucho más grandes y generosamente maquillados.

De momento, poco se sabe del futuro de la línea fashionista, y algunos coleccionistas nos preguntamos si Mattel volverá a arriesgarse con nuevos cambios para su muñeca icono con intención de relanzarla, o simplemente la dejará languidecer mientras afianza a sus nuevas estrellas, las muñecas Monster High.

La eliminación de la linea Collector en la mayoría de las jugueterías, la ausencia de novedades y calidad en ropa y accesorios en la play-line, la disminución de espacio de exposición y stands, la dura competencia tanto con muñecas de la casa Mattel como de fuera... Puede que en EE.UU., su país natal, estos cambios no sean tan notables, pero puedo aseguraros que en España son ya generalizados. Acerico y yo llevamos meses notándolo, y no podemos más que preguntarnos qué será de nuestra querida Barbie.

Y vosotr@s... ¿qué creéis que pasará? ¿Será éste el ocaso de esta diosa de vinilo?

¡Besos para tod@s y feliz fin de semana!