
La primera vez que mi cuñada me enseñó toda su colección de Barbies reconozco que aluciné bastante. Pero de todos aquellos tesoros, el que me dejó al borde de la taquicardia fue la maravillosa Boutique de Barbie de 1995.
Por supuesto la de Elena ya no está dentro de su caja, y tiene algunos pequeños desperfectos, pero de todas formas sigue siendo impresionante. También dentro de su colección podemos encontrar esta Vespino de 1983, en perfectas condiciones y dentro de su caja.
Después de haber montado los dioramas de la peluquería y la pediatra durante la mañana, y tras decidir que estábamos pasándolo demasiado bien como para dormir siesta, nos animamos a crear un diorama de un pequeño centro comercial, utilizando a un buen grupo de sus chicas más actuales y por supuesto, su increíble boutique. No contábamos con los materiales necesarios para realizarlo con un fondo realista, así que decidimos montarlo sobre una mesa en mitad del patio, de forma que podíamos rodearlo para colocar los detalles y las muñecas y poder fotografiarlo con comodidad.
Empecemos por uno de los flancos de la boutique, que representa una
calle sobre la que podemos ver un escaparate bajo un toldo y una pequeña
cabina de teléfono. También podemos ver la parte trasera de la vespino
vintage de Elena, que está siendo aparcada por una su fashionista Glam.
En el frontal, las puertas de la boutique están abiertas. Por cierto, alguien debería decirle a Glam que con ese vestido y esos zapatos, lo de conducir una vespino se convierte en deporte de alto riesgo. ¡Menos mal que al menos lleva puesto el casco!
La fashionista Summer se dispone a entrar en la boutique pisando fuerte. Si os fijáis en el escalón, veréis una especie de "alfombrilla" blanca. En realidad es un botón que al ser pulsado abre las puertas de la tienda. Además, los escaparates que flanquean la puerta son reversibles y pueden girarse para mostrar distintos modelos.
Seguimos recorriendo el frente de la tienda, y encontramos una pequeña cafetería atendida por un Ken fashionista la mar de chic.
Sentadas en la cafetería y disfrutando de helados y pastel, las fashionistas Sassy y Artsy charlan animadamente.
Tengo la sensación de que Artsy le ha echado el ojo a Ken...
Pero parece que él no se da cuenta, y sigue ocupado preparando sus pedidos.
Un rápido vistazo al interior de la cafetería nos muestra la cantidad de detalles que incluye. Todos son originales de la boutique.
Junto a la cafetería, Sassy ha aparcado su vespa. Ésta es de 2008, de un set que incluía también una muñeca. Elena la consiguió en perfecto estado en un mercadillo por pocos euros.
Aquí podéis ver la original:
Una vez que hemos cotilleado el exterior, vamos a echar un vistazo al interior de la boutique... ¡bienvenidos!
El personal de la boutique es fácilmente reconocible por su atuendo: vaqueros y top negro. Vestidas así, no podían ser más que chicas Basics Jeans. Detrás del atestado mostrador se encuentra Louboutin.
Tras la vitrina del mostrador podemos encontrar toda una selección de joyas tanto vintage como actuales.
En la pequeña estantería de la izquierda se situan los cosméticos y perfumes, todos originales de la boutique.
En la derecha, un pequeño espejo y algunos zapatos fashionistas.
Mbili, la otra dependienta, está junto al probador, por si alguna clienta necesita su ayuda. El conjunto expuesto a la izquierda está formado por piezas originales de la boutique.
Junto a la entrada, una Barbie Generation Girl vestida con un conjunto Fashion Avenue curiosea el expositor de bolsos y maletas.
Elena tuvo la idea de utilizar algunos cajones transparentes como expositores de zapatos y complementos. Creo que quedaron perfectos.
Parece que al final se ha decidido por un pequeño bolso de mano rosa.
Una de las partes del probador se había perdido, así que se me ocurrió calcar la parte que Elena conservaba sobre cartulina rosa y pegarla con un poco de blu-tack.
Junto al probador, lo que queda de un maniquí (el resto se ha perdido) nos sirvió para exponer el otro vestido original que incluía la boutique.
Cuando empezamos el diorama eran apenas las cuatro de la tarde, y terminamos la sesión de fotos bien pasadas las seis y media.
Estábamos cansadas y todavía nos faltaba recogerlo todo, pero lo habíamos pasado genial. De hecho, nos quedaron ganas para llevar a las chicas a la piscina, tal y como os mostré hace dos semanas. Estoy deseando poder volver a pasar un día así con Elena, para poder enseñaros el resto de su colección, aunque me temo que eso será el año que viene...
¡Besos para tod@s y feliz fin de semana!