
Da igual lo que diga El Corte Inglés o el Mercadona. En mi familia, el pistoletazo de salida de las Navidades es el día de la Inmaculada. Cuando era pequeña, esperábamos este día para zamparnos el primer paquete de Hojaldrinas y la primera tableta de turrón de Suchard, y para decorar el árbol de navidad y "recolocar el belén viviente" (esa es otra historia que os contaré más adelante). Nuestro árbol era bastante feito, la verdad. Mis abuelos lo habían comprado en Alemania durante los años que vivieron allí, y decidieron traerselo para España. Supongo que a mi padre le traía muy buenos recuerdos y por eso no lo cambiaba por otro más frondoso. Googleando he encontrado una foto de uno bastante parecido al nuestro, aunque más grande.

A pesar de todo, la cantidad de adornos procedentes de Alemania (algunos eran pequeñas obras de arte, una lástima que no conservemos ninguno), los kilómetros de espumillón, y sobre todo las luces tuneadas por mi padre (había unido varios juegos de colores y les hizo una programación para que se encendieran y apagaran siguiendo distintas pautas) lo convertían a nuestros ojos en algo mágico.
Aunque hace ya varios años que no adorno mi casa (sigo prefiriendo adornar la de mis padres, que es donde al final pasamos casi todas las fiestas), pensé que era injusto que mis chicas no pudieran disfrutar del ambiente navideño. Casualmente, uno de los blogs que sigo (y que sin duda os recomiendo, dedicado a la creación de minis para muñecas y rebosante de arte e imaginación), My Froggy Stuff, dedicó una entrada a tutoriales en video de adornos navideños, e inspirándome en ella, decidí hacerles uno para decorar el salón. Un trozo de cartulina, un espumillón de los chinos, un poco de lazo y algunas cuentas doradas y ¡proyecto terminado!


Gema invitó a Nacho para que le ayudara, y éste demostró tener una paciencia a prueba de bomba con la pequeña Shelley, que insistió en disfrazarse de ángel para adornar el árbol. Sí, ya sé que el de ángel no es precisamente el disfraz más adecuado para mi minipsychokiller, pero a ver quién le pone el cascabel al gato. Yo no, si pretendo que mi casa no sufra ningún estropicio como un incendio en la cocina o una invasión de hormigas asesinas.

Se ve que Nacho va para padrazo. Incluso ayudó a Shelley a adornar la parte más alta del árbol. Gema estaba encantada.

¿Y qué sería de la Navidad sin esa caja de adornos que todos guardamos en el trastero o en el altillo de un armario?

¿Que quién es esta preciosidad? Pues se trata de Celia, la hermana pequeña de Barbie, que ha venido a pasar un tiempo con su hermana. Sus padres quieren que mejore su español y conozca de primera mano la cultura de nuestro país. Según la propia Barbie, la niña es calcadita a ella cuando tenía esa edad. Como véis, disfrutó de lo lindo ayudando a adornar el árbol.
Y a vosotr@s, ¿os gusta adornar vuestra casa en Navidad?
¿Sois de árbol, de Belén o de ambas cosas?
¡Besos y buen fin de semana a tod@s!
¿Sois de árbol, de Belén o de ambas cosas?
¡Besos y buen fin de semana a tod@s!